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El 23 de abril, en funciones matiné y vespertina, la Asociación Musical Min-On ofreció un programa especial en el Centro Cívico de Akasaka, en Tokio, para celebrar tres décadas de relaciones diplomáticas entre el Japón y los países de Asia central. El programa, titulado «Celebrando la Ruta de la Seda: Un puente de cultura y amistad. Volumen 1: Uzbekistán», es parte de una ambiciosa iniciativa de intercambio cultural patrocinada por Min-On, con el coauspicio de la Embajada de la República de Uzbekistán en el Japón y la Agencia Japonesa de Asuntos Culturales.

La matiné, con un centenar de espectadores, estuvo orientada al público infantil-juvenil y a los adultos acompañantes. El tercer secretario de la embajada uzbeka, Gulyamov Izzatilla, brindó una ponencia ilustrativa sobre los logros y hechos históricos relevantes de su país, en beneficio de los jóvenes presentes. A continuación, se emplearon instrumentos tradicionales para interpretar canciones folklóricas de dicha nación y temas del pop japonés, coronados por fascinantes coreografías de la compañía Guliston de danza de Asia central y la Ruta de la Seda. Luego tres niños subieron al escenario, donde fueron invitados a acompañar a los músicos y bailarines en una pieza uzbeka.

Los dos invitados de honor en el concierto vespertino, con la asistencia de unas trescientas personas, fueron el ministro consejero Djalilov Muzaffar, de la Embajada de su país, y el director general delegado de la Agencia de Asuntos Culturales japonesa, Hirohiko Nakahara.

La velada comenzó con una mesa redonda con la participación de Toshinobu Usuyama, profesor de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad de Tsukuba; la bailarina y coreógrafa Akiko Kitamura —también profesora de la Facultad de Artes de la Universidad de Shinshu— y la música Mashu Komazaki, intérprete del dutar, especie de laúd de diapasón largo muy popular en Asia central. Los panelistas transmitieron sus encuentros e impresiones de Uzbekistán, los vínculos que el país mantiene con el Japón y los instrumentos musicales autóctonos que se tocan en su territorio.

Después, el público se deleitó con un popurrí de canciones uzbekas y japonesas, interpretadas por Mashu Komazaki en dutar, su hermana Rira Komazaki en violín, Keiichi Sato en el laúd afgano rabab y Junzo Tachiiwa en percusión, seguido por un número coreográfico de la compañía Guliston ovacionado por la sala.

Los bailarines del grupo Guliston y los músicos japoneses interpretan “Hay yor yor”, una canción tradicional de Uzbekistán. Puede verse su actuación en el siguiente enlace.

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